jueves, 7 de febrero de 2013

La Expedición Atraviesa Tres Municipios en Un Día.



Pailitas, Chimichagua y Curumaní fueron los destinos de un intenso recorrido iniciado temprano en la mañana del miércoles y concluido al finalizar la tarde, luego de un largo viaje por la Serranía del Perijá compartido por estos tres municipios.

Los viajeros salieron a las 7:15 de la mañana del casco urbano de Pailitas, empezando la segunda jornada de la Expedición, que los llevó en primer lugar a la Vereda la Unión, donde pudieron observar cultivos de caucho, teca, yuca, plátano y pancoger en general, favorecidos por la cercanía de la Quebrada Arroyo Hondo, con un buen caudal y aguas de excelente calidad.

Luego se pasó por la Vereda El Terror, ahora llamada El Refugio. Se cruzó el Puente del Terror, sobre la quebrada Arroyo Hondo, mencionada anteriormente. Allí se observó la presencia de una escuela de material y algunas viviendas en regular estado.

Se avanzó hasta llegar al corregimiento de  Los Llanos, donde se encontró un “pueblo fantasma”, abandonado desde hace más de una década a causa del conflicto armado que azotó la región, el cual contaba en sus buenos tiempos con un centro de salud, escuela y una sede del ICBF y negocios comerciales.

A pocos metros de allí, sin embargo, se encontraba un colegio en buen estado, como lo eran las condiciones de los pobladores que se veían en el lugar.
Se llegó luego a la Vereda los Higuerones, donde se encontró un puente acabado de reconstruir, en buen estado. La quebrada, en esta parte del recorrido, dejaba ver la existencia de fuentes hídricas maravillosas. La mayoría de fincas en esta vereda contaba con gran extensión de pastos y una excelente ganadería.

Pero lo bueno no duró tanto…
La Expedición llega a la Y, que comunica a Palitas con la Vereda Bobilandia, en Chimichagua.

Se pasa al filo de El Balón, Chimichagua, donde se advierte la presencia de actores armados, por lo que la Expedición decide modificar su recorrido y encaminarse a Curumaní.

De aquí en adelante, la carretera empieza a empeorar, en muy mal estado, prácticamente sobre rocas, filtraciones, ondulaciones peligrosas, huecos profundos y grietas como si se hubiera abierto la tierra, lo que alguien definió, palabras más, palabras menos como “la mamá de todas las trochas”.

Este trayecto probó ser el más angustioso de los recorridos hasta ahora en lo que va de la Expedición: una carretera completamente intransitable para cualquier vehículo, en la que todos los expedicionarios terminaron completamente maltratados después de 6 horas de estar agarrados a las varillas de los carros para mantener el equilibrio.

Babilandia, Casa del Zing, en Chimichagua y Santa Rosa, Morrocoya y Casa Blanca, veredas de Curumani, vieron pasar a los expedicionarios llenos de polvo como si estuvieran de regreso de un carnaval llenos de maizena.

Al llegar a la parte plana las cosas cambiaron a medida que la carretera presentaba mejores condiciones. Se empezaron a ver cultivos abundantes de papaya y palma de aceite en plena producción.

Casi a las 6 de la tarde, La Expedición arribó finalmente al casco urbano de Curumaní, donde luego de un descanso rápido, organizó una reunión para evaluar los resultados de esta segunda jornada y definir su agenda para el día siguiente.

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